lunes, 5 de octubre de 2020

Resistiendo a ti

Ayer estaba mirando tus fotos, 
y la verdad
llevaba mucho tiempo resistiendo al impulso de saber de ti.
Esta vez, decidí ceder y fue un encuentro de sensaciones intensas.
No puedo negar que quisiera escribirte, tampoco puedo negar que quisiera decirte que lo intentemos una vez más; porque ya estamos maduros como para evitar esas discusiones que nos consumían hasta los huesos. 
Estuve hasta tentado de escribirte y pedirte que lo pensarás. 
Me siento tan dispuesto y tan valiente que no te imaginas la adrenalina tan intensa que tengo por hacerlo. 
Pero el amor es cuestión de dos. 
 Mi ser dice, que así como siento esta lava de fuego correr por mis venas, también me dice que para ti todo esto sería una locura; 
porque te conozco y sé que somos iguales: orgullosos y pasionales.

Tuve que hablar con la muerte para poder superarte. 
Tuve que caminar por miles de infiernos para no sufrir por ti. 
Y ni aún así logro calmar está sed que generan mis labios 
porque anhelan con todo el furor
besar tus labios otra vez.  

Me gustaría que supieras que siempre pienso en ti. 
Me gustaría que te dieras cuenta que la mayor parte del tiempo bloqueo tus recuerdos y cuando me animo a escribir un poema para ti, solo pienso: te pienso o busco la forma de apreciar cada parte de ti, 
especialmente esas que son mis favoritas.

Siempre pido que estés bien
aunque seamos como el recuerdo de la cálida brisa mañanera en un atardecer,
siempre anhelo que las cosas te salgan mejor que como esperabas.
Son millones de cosas que tengo que decir;
pero solo será un corto escrito para evitar que mi esencia te sea una molestia.
 ¿Sabes que me gustaría? 
Tomar alguna vez una copa de vino contigo e intentar reírnos de nosotros mismos.

Sigues existiendo en mí como en aquellos momentos;
y aunque sé que podríamos hacerlo hoy mismo,  entiendo que también pasarán muchos años para que nuestro orgullo sea solo trapos viejos y ya no sea el impedimento para expresar el amor en tiempos de cólera, o quizás, la resaca que se disfruta cuando los patrones de la sociedad dejan de importarte.  




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